En la silente cadencia
de la pulsión de sus ojos,
no existe la negación...
es condición de mi tormento,
que no me hallo sin su cuerpo,
que me hielo sin su piel...!
No es amor, sino prisión...
muerte lenta ... no hay opción...
son sus ojos condena
sin culpa que petrifica el corazón...
No es amor sino prisión injusta...
¡Sean cegados en la luz de la razón!
Monserrat Calado Romero
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