domingo, 23 de marzo de 2014

Área Arqueolóxica de Tourón (Castrocaldelas-Pontevedra).













































El Área Arqueológica de Tourón es otro buen ejemplo de cómo intentar conservar y señalizar el legado de nuestros ancestros sin necesidad de grandes inversiones multimillonarias. A semejanza de otros áreas, como A Caeira, en Poio, o el de Monte Tetón, en Tomiño, ha sabido mostrar y revalorizar los tesoros labrados que este monte escondía y mostrar a todos uno de los más importantes conjuntos rupestres de la Península. Es en la parroquia de Tourón donde encontraremos este singular conjunto, en un lugar conocido como Detrás do Outeiro, a una altura de entre 300 y 400 m. Llegaremos fácilmente si desde Ponte Caldelas seguimos la carretera de Pontevedra y a unos tres kilómetros de la primera encontraremos la indicación a la derecha que nos llevará hasta el alto donde se encuentra el conjunto.
Sobre una extensión señalizada de 150.000 m2, las representaciones rupestres se encuentran diseminadas a lo largo de una ruta marcada que discurre por cinco estaciones diferentes de conjuntos de petroglifos.
Lo primero que vemos es una pequeña caseta con señalización y algo de información sobre sus paredes.  Se trata del “Centro Arqueolóxico”,  donde se muestra una exposición estable sobre el paisaje cultural que se desarrollaba en la época de los petroglifos y que indudablemente aportó la necesidad de expresión de las sociedades del II y III milenio a.C. Muchos han intentado descifrar el significado de estas extrañas formas de expresión, pero nadie ha conseguido realmente dar una explicación convincente y creo que, a no ser que exista una disparatada solución matemática, nunca sabremos la realidad de estos dibujos.
Hay que pensar que no debía ser muy fácil realizar en aquella época estos grabados, pues la tecnología empleada era muy tosca y muy rudimentaria. De ser medianamente fácil no existiría piedra en Galicia sin un dibujo. Es por ello que los grabados existentes debían ser sagrados y venerados, quizás como muchos cristianos que veneraban la Biblia. Hay que pensar que en esta fechas cualquier dibujo, por muy sencillo que fuera, debía despertar cuando menos una gran curiosidad en estas gentes de la época. Es posible que usaran los petroglifos como elementos de estímulo, contemplación o relajación, antes de ir de caza o de algún enfrentamiento entre clanes, por poner algún ejemplo.
Éstos de Tourón adquieren una dimensión más elevada debido a la originalidad de las figuras representadas. Cazoletas, combinaciones de círculos, zoomorfos, trísqueles, esvásticas así como escenas de caza y un gran ciervo se encuentran representadas a través de la cinco estaciones denominadas Outeiro da Forcadelas, Coto das Sombriñas, Laxe das Cruces, Coto da Siribela y Nabal de Martiño.
La zona donde se ubica el área ha sido castigada en la primera década del siglo por devastadores incendios que castigaron duramente la zona, dejándola prácticamente desértica. Diversos planes de recuperación están procurando devolver algo de vida al entorno, con la plantación de frondosas y con intentos de regeneración de suelos. Además en el 2008 se han localizado hasta una treintena de grabados repartidos por el lugar, pero fuera del recinto señalizado.

http://www.galiciamaxica.eu/Sitios/PONTEVEDRA/pontecaldelas/petrotouron.html

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