El pequeño espacio bajo la cubierta se usó como ermita; bajo la cual permanecían enterrados casi 4 metros de iglesia. En el año 1962, el ICONA desescombró la iglesia, a la vez que acondicionó la pista que conduce al lugar.
La iglesia de San Adrián de Sásabe es lo que queda del importante centro monástico del mismo nombre. Durante largo tiempo fue sede episcopal de Aragón. Bastante antes de que se construyese la Catedral de Jaca. En el mismo lugar hubo antes templo visigótico. En el año 992 fue sede del primer obispado de la reconquista del antiguo condado de Aragón, cuando aún se hallaba bajo la potestad del reino de Navarra. Hay noticia de que en este lugar fueron enterraron tres obispos de Aragón. Y de ello da fe una inscripción epigráfica en el muro sur del templo, junto a los escalones que descienden a la puerta meridional.
Para los antiguos Cultos, como el Celta, el Agua era sagrada por venir del cielo y de los dioses, las fuentes eran sagradas para los Celtas y todas las aguas estaban pobladas de genios y espíritus protectores. Esta simbiosis queda evidenciada por la unión del culto Cristiano y Pagano que debió existir en este edificio (además hay buen numero de dólmenes en la zona), esta fue la Iglesia de un Monasterio ya desaparecido del Siglo X, donde tenían sede los Obispos Aragoneses, antes de que Jaca fuera Obispado y donde como reza en un sillar de la portada Sur “HIC REQUIESCUNT TRES EPISCOPI” (Aqui descansan tres Obispos), lo cual nos enlaza todo lo visto con un Cristianismo primigenio, fuertemente influido por los ritos paganos, que todavía tendrían mucha fuerza en aquella zona en el lejano año 900.
La ubicación del San Adrián nos lleva a preguntarnos el porque de su construcción en un lugar tan “inundable” (hasta las obras de drenaje que se realizaron en 2001, la Iglesia quedaba inundada a modo de piscina cubierta), queda claro que aquellos constructores buscaron edificar en contacto con el agua, cosa que se ve en el exterior, pero que queda más patente dentro de la Ermita donde la relación con el liquido elemento es aun mas intima, ya que toda la Iglesia queda rodeada de pequeñas canalizaciones que recogen el agua que sale de las paredes por oquedades, incluso en el mismo Ábside, el Altar queda detrás de otra canalización que lo rodea, como si el agua sacralizara toda la cabecera de la Ermita.
En San Adrián de Sásabe es posible apreciar con claridad las relaciones entre el románico jaqués y el lombardo. Estas similitudes se revelan fundamentalmente en el exterior del ábside y en la portada principal, de gran similitud con la de Santa María de Iguácel. En ambas se utilizan relieves ornamentales como las palmetas o el ajedrezado. Este típico elemento del románico jaqués, extendido posteriormente a través del Camino de Santiago, se encuentra también en la portada localizada en el muro sur, de pequeñas dimensiones y arco de medio punto.
El templo fue erigido a finales del XI y se consagró a principio del XII, siendo abad del monasterio Sancho de Larrosa, cuya cabecita figura en una de las ménsulas del ábside como "firma" (También firmaba con una carita similar en documentos de pergamino que se conservan en los archivos de la catedral oscense, y quizá en la muralla del Castillo de Loarre).